El Monóxido de Carbono, en concentraciones altas y tiempos
largos de exposición puede provocar en la sangre la
transformación irreversible de la Hemoglobina, molécula
encargada de transportar el oxígeno desde los pulmones a
las células del organismo, en Carboxihemoglobina, incapaz
de cumplir esa función. Por eso, concentraciones superiores
de CO al 0,3 % en volumen resultan mortales.
La falta de oxígeno en la combustión hace que ésta no se
produzca completamente y se forme Monóxido de Carbono
en lugar de Dióxido de Carbono. En un vehículo, la aparición
de mayores concentraciones en el escape de CO indican la
existencia de una mezcla inicial rica o falta de oxígeno.
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